Malnutrición
A
pesar de los grandes avances tecnológicos para el diagnóstico y
tratamiento de las distintas enfermedades, algo tan importante como
la alimentación y el cuidado nutricional continúa en muchos casos
cayendo en el olvido. Por lo que resultaría muy difícil lograr que
las personas enfermas se recuperen si su cuerpo no cuenta con el
ingreso de energía suficiente y los nutrientes necesarios para
llevar a cabo los distintos procesos metabólicos, como por ejemplo
la producción de proteínas.
Si
bien son muchas las causas que pueden llevar a la malnutrición,
podemos agruparlas en tres grandes grupos para su mejor comprensión:
Se la observa frecuentemente en la mayoría de las enfermedades con
cierto compromiso del estado general o bien durante la
hospitalización si no lo estaba al momento del ingreso.
•
Insuficiente ingesta de
nutrientes: generalmente se produce secundariamente a una enfermedad,
salvo condiciones de extrema pobreza. Entre las causas encontramos la
dificultad para deglutir, mala dentición, poca producción de saliva
por alteración de las glándulas salivales o enfermedades del
aparato digestivo que provocan dolor abdominal y vómitos con
disminución de la ingesta en forma voluntaria. Cuando las personas
están hospitalizadas, es frecuente mantenerlas en ayuno como
tratamiento y aportarles únicamente sueros o alimantarlos con dietas
poco apetitosas. También puede presentarse en aquellos con pérdida
del apetito, característico las personas con cáncer.
•
Pérdida de nutrientes:
en muchos casos puede producirse una mala digestión o mala absorción
de los alimentos o por una mala metabolización de los mismos. Pueden
deberse a una disminución en la producción de enzimas salivales o
pancreáticas o de bilis en el hígado, enfermedades inflamatorias
intestinales y cirrosis hepática. Todos éstos provocan una pérdida
de nutrientes por mala absorción intestinal.
•
Aumento de las
necesidades metabólicas: muchas enfermedades desencadenan un aumento
en el metabolismo con un mayor consumo de energía y de las
necesidades metabólicas. Como por ejemplo cirrosis, hemodiálisis,
enfermedades pulmonares o insuficiencia cardíaca. Si no son
diagnosticadas precozmente desencadenan o agravan cuadros de
malnutrición.
Las
consecuencias se observan tanto a nivel de la función como de
estructura del organismo. La malnutrición puede producirse por un
aumento de las necesidades metabólicas, insuficiente ingesta de
nutrientes o pérdida de los mismos.
En
el aparato digestivo se produce una atrofia de la mucosa que lo
reviste, lo que ocasiona una disminución en la absorción de los
alimentos y alteración en su función protectora con pasaje de
microorganismos a la sangre e infecciones que perpetúan el cuadro.
Agravado por una alteración en la función del sistema inmunológico
de defensa.
La
energía necesaria par mantener las funciones metabólicas, es
aportada principalmente por los músculos, a coste de la destrucción
de las proteínas que lo constituyen. Todo esto lleva a que la
recuperación sea más lenta, aumenten las complicaciones, se
prolongue el tiempo de hospitalización con aumento de los costos y
de diversos problemas relacionados, infecciones por ejemplo.
Desnutrición
Es
un estado nutricional anormal originado por una ingestión deficiente
de nutrientes según los requerimientos fisiológicos. En la
malnutrición primaria, la causa del cuadro está relacionada con la
deficiente ingesta de alimentos y el entorno (biológico,
socio-económico) y no por problemas particulares del organismo,
razón por la cual generalmente afecta a grupos sociales y
comunidades más que a individuos aislados. Durante ciertas etapas de
la vida, el cuerpo requiere un mayor aporte de nutrientes: la niñez,
la adolescencia, el embarazo y la lactancia.
Causas
Los
factores que determinan la disponibilidad, el consumo y la
utilización de los alimentos pueden influir en la baja ingesta de
ciertos nutrientes. Los trastornos a nivel de absorción intestinal
también pueden causar cuadros de desnutrición, aunque efectivamente
se ingieran adecuadas cantidades de nutrientes. Otra alteración a
nivel individual puede ser la utilización exagerada de algún
nutriente o su excesiva eliminación, como la pérdida de
considerables cantidades de hierro por prolongadas pérdidas
menstruales.
Consecuencias
Los
síntomas varían según el nutriente deficiente. La malnutrición
calórico-proteica (o marasmo) durante la infancia afecta la
maduración del sistema nervioso central. Sus consecuencias se
manifiestan como retraso en el desarrollo mental y en la capacidad
motora y de aprendizaje. Las deficiencias de vitaminas y minerales
originan múltiples manifestaciones. Cuando no se ingieren cantidades
adecuadas de proteínas o éstas no tienen alto valor biológico se
altera el crecimiento y disminuye el rendimiento energético de los
alimentos. La malnutrición proteínica produce alteración en la
mucosa epitelial del intestino lo que, a su vez, afecta la producción
de enzimas intestinales y termina afectando el proceso de la
digestión de carbohidratos y la absorción de lípidos. Los hidratos
de carbono tienen la propiedad de retener agua y electrolitos: las
dietas que no aportan suficientes cantidades de estos nutrientes
provocan pérdida de agua, sodio y potasio produciendo fatiga y
pérdida de peso
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